Absorción meditativa



Ya era el quinto país que recorría. Lugares tan diversos como Bangladesh, Tíbet, Filipinas o Japón se le hacían familiares. Realmente aquel invento era impresionante. El muchacho, completamente mudo por un severo accidente, había aceptado el reto: viajaría con el nuevo dispositivo experimental de absorción meditativa y se comunicaría únicamente por medio de éste.
El nuevo dispositivo se le  implantó debajo del cuero cabelludo. Los “interlocutores” recibían una especie de reloj que emitía las ondas hacia el cerebro. La gente quedaba fascinada al entender aquello que Damián quería expresar. El joven visualizaba en su mente lo que necesitaba comunicar y su interlocutor materializaba en la suya el elemento en cuestión. Así no tuvo problemas para alojarse, comer y pasear por lugares turísticos.
La prueba pasó su primera fase de manera exitosa. Quedaba cumplimentar la concreción de “conversaciones”, lo que le daba nombre al experimento: la absorción de las ideas como en una meditación conjunta buscando, como producto final, un sistema que permitiera un diálogo fluido entre personas que desconocieran completamente el idioma del otro. Pasaron tres años más hasta que, tras varios intentos que no lograban concretarse del todo, estuvo el nuevo chip. Con el aporte de la nanotecnología captaba los impulsos cerebrales y en tiempo real los difundía en un holograma que se visualizaba entre los interlocutores. Damián pudo “conversar” con un joven alemán sobre la música folklórica de ese pueblo, con un músico Aymará sobre los instrumentos ancestrales de su cultura, con un muchacho nigeriano sobre las danzas de su aldea.
Imagen de la película Star Wars


El éxito del  resultado se concretó cuando Damián, frente a una bella escritora japonesa, comenzó a “dialogar “sobre haikus, conversación que derivó en el intercambio de literatura erótica que la chica escribía. Las imágenes holográficas de aquel intercambio provocaron que, desde el otro lado del vidrio espejo, los científicos cerraran las cortinas:
—¡Qué manera de concretar las palabras!
—¡Eso que perdió las cuerdas vocales! 







Publicado en:La hojarasca 2da, época 
- página de LITERATURA y CULTURA -
Nº 0001  Abril de 2020
Editor responsable: Raúl Pérez Arias


También integra la
 8va. Antología de poemas y relatos
 de Autores de La Matanza (2019)

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