Laberinto


Las manos callosas sanan
y el alma se lastima
cuando no hay trabajo.

Cientos de puertas esperan
Los obreros elegirán escapatoria
sin cerraduras.
Una esperanza tenaz
los guía
hasta el límite de sus fuerzas.

Cada encrucijada deja una llaga
marchan sin rumbo…
¿La desolación tiene un sendero?

Como a las víctimas de Creta,
tarde o temprano
desde algún corredor,
en la casa del tamaño del mundo,
los alcanzará Asterión
relamiendo sus fauces.
Imagen de Matthias Wewering en Pixabay

Seleccionado para antología Más allá del espejo ed. Dunken




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